Los mayas demostraron su gran sensibilidad con su entorno, comprendiendo el valor de la plataforma para desarrollar su vida en un medio selvático. Creaban claros alrededor de sus villorios donde tenían sus parcelas para el cultivo. Estas plataformas las llevaron a más altura en sus construcciones de roca como mesetas para alcanzar un nuevo mundo sobre el techo de la selva, más cerca de los dioses. Nos recuerda la obstinación de la humanidad por alcanzar el cielo y contemplar el mundo como sus dioses.
El siguiente fragmento está extraído de un escrito del arquitecto John Utzon, autor de la Opera de Sydney, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2007. El enlace al escrito está al final del mismo. En él se puede entender la presencia de la plataforma y su significado en muchas culturas.
«Al introducir el uso de la plataforma con su nivel superior ubicado a la misma altura que las copas de los árboles, los mayas descubrieron sorpresivamente una nueva dimensión de la vida, consonante con su devoción a los dioses. Sobre estas altas plataformas –muchas de las cuales tienen una longitud de cien metros– construyeron sus templos. Desde allí tenían acceso al cielo, las nubes, la brisa y a esa gran planicie abierta en que, de pronto, se había convertido el anterior tedio selvático. Gracias a este artificio arquitectónico cambiaron totalmente el paisaje y dotaron a su experiencia visual de una grandeza sólo comparable a la grandeza de sus dioses». Plataformas y mesetas. John Utzon. http://proyectandoleyendo.files.wordpress.com/2011/01/plataformas-y-mesetas-jorn-utzon.pdf