- Nuestras relaciones han cambiado y lo seguirán haciendo a través de la tecnología. (medios de comunicación, redes sociales, internet, redes inteligentes, energía, smart grid,…).
- Las ciudades deben tener como medida al ciudadano y dejar el «patrón coche».
- Como si se tratara de bólidos, las ciudades se llenarán de sensores que medirán y aportarán información constante sobre cualquier aspecto.
- Podremos obtener todo tipo de información de la ciudad para que el ciudadano le saque la máxima eficiencia.
- Promover el cambio de mentalidad en la sociedad con transparencia.
- Los intereses electoralistas en periodos de 4 o 5 años no favorecen las iniciativas. Las ciudades inteligentes sólo se pueden planear a largo plazo.
- Las ciudades necesitan un modelo más autónomo de las políticas en la Administración local.
- El sector privado juega un papel fundamental.
- La situación actual propicia la apuesta de todos (sector público, sector privado y ciudadanos) por el cambio hacia la ciudad del futuro: ciudad inteligente (Smart City).
Nuestras relaciones han cambiado vertiginosamente y lo seguirán haciendo a través de los avances tecnológicos (medios de comunicación, redes sociales, internet, redes inteligentes, energía, smart grid,…). El poder de esta realidad genera nuevos modos de vida. La ciudad es el espacio físico donde se desarrollan las actividades de la sociedad civilizada. Su concepción no responde con las nuevas necesidades y los nuevos modos de entender el ciudadano su mundo.Se calcula que para el 2050 las urbes tengan el 75% de la población. La ciudad debe ser rediseñada y funcionar de forma sostenible y eficiente. Esto es posible construyendo la ciudad inteligente donde podremos tener información de la movilidad y los hábitos de las personas mediante sensores. En definitiva, crear el “urbanismo de las ciudades inteligentes” en el que la unidad de medida es el ciudadano y abandonar el patrón del coche de las urbes del siglo XX.
En declaraciones de algunos de los expertos invitados en el Smart City Expo World Congress, una cumbre sectorial sobre ciudades inteligentes:
El gerente del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, Vicente Guallart, ha reclamado el retorno a la ciudad productiva, con barrios «autosuficientes e hiperconectados«.
El responsable del cba.mit.edu Center of Bits and Atoms del MIT, Neil Gershenfeld ha defendido un urbanismo basado en un nuevo tipo ciudad productiva, en el que se apliquen conceptos de biología a la ingeniería, donde los materiales dispondrán de sus propios códigos «genéticos» para que estas piezas puedan reutilizarse en diferentes aplicaciones y no se conviertan en residuos inservibles.
El vicepresidente para el sur de Europa de Cisco Systems, Jordi Botifoll, ha señalado que la utilización de chips y sensores para obtener información y tener monitorizadas las calles y los servicios de una ciudad, como si de un Fórmula 1 en carrera se tratara, está sirviendo ya para desarrollar una nueva industria, «un ecosistema que marcará la economía del futuro basada en comunidades conectadas inteligentes».
En este sentido, usando el símil de un coche de fórmula 1, donde la información monitorizada procesada por miles de sensores permite tomar decisiones en tiempo real para ganar, Carlo Ratti, director del Senseable City Lab, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), señala que la tecnología de la información es la clave para que el ciudadano pueda sacar el máximo provecho a los servicios a su disposición. Se trataría de obtener información, de la relación entre la ciudad y el ciudadano, para tomar decisiones en el avance hacia una ciudad más eficiente o sostenible.
Pero, según palabras de Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, urbe que encabeza en España el índice IDC de ciudades inteligentes; «La aversión al cambio en nuestra sociedad es muy alta y los cambios radicales que pueden darse suceden cuando te fuerzan a hacerlos y, en este momento, debemos aprovechar la oportunidad de buscar nuevos modelos». En efecto, el cambio necesario sólo es posible con el apoyo del ciudadano. La situación actual está forzando superar reticencias de cambio que deben ser aprovechadas. Los ciudadanos son más conscientes del impacto de sus decisiones y su responsabilidad en la ciudad. Por eso los expertos recomiendan una mayor transparencia, que la gente sepa cuánto se invierte en cada cosa y cuál es el retorno que genera en su propio beneficio. «Los ciudadanos van a ir por ese camino, van a pedir mayor transparencia, una relación directa con la administración; ya está ocurriendo».
Los Gobiernos Estatales tienen muchos problemas para solucionar los que afectan a sus ciudadanos. En el Smart City World Congress, los participantes debatieron sobre el modelo más adecuado para la autonomía que demandan las ciudades.
Según palabras de Greg Clark, CEO of The Business of Cities Ltd; “Para determinar el éxito de las iniciativas de la ciudad inteligente, debes considerar indicadores a largo plazo”. Esta idea se enfrenta a las políticas cortoplazistas actuales que motivadas por ganar rédito electoral se piensan para períodos de 4 o 5 años. Las consecuencias de las barreras administrativas bloquean la generación de verdaderas ciudades inteligentes: el pensamiento a corto plazo, insuficiente poder, fragmentación de las funciones administrativas, insuficiencia de los instrumentos financieros o la falta de implicación ciudadana y los medios de comunicación.
No debemos olvidar, según ha remarcado Paul Tilsley, vicepresidente del Consejo Municipal de Birmingham; “Los alcaldes deben empujar una agenda de cambio, pero no pueden hacerlo solos”. También reconoce que sin la experiencia y el conocimiento de las compañías del sector privado no serían posibles estos avances. Aunque como apunta Mildred Warner, del Departamento de Planeamiento Urbano y Regional de la Universidad de Cornell; “Las compañías del sector privado tienen un rol, pero ellos deben cumplirlo sin romper la relación fundamental democrática entre los ciudadanos y sus gobernantes que existe cuando los servicios públicos son proporcionados”. Hay que tener cuidado con el papel del sector privado en servicios básicos como el agua o la electricidad, ya que los intereses privados no armonizan con el derecho de la mayoría.
Todos los expertos coinciden en que el contexto de crisis actual es un factor que impulsa el cambio, representando una oportunidad para evolucionar hacia la ciudad inteligente. Pero la ciudad del futuro no será posible sin la intervención abierta y decidida de todos (sector público, privado y ciudadanía).
REFERENCIAS:
http://www.20minutos.es/noticia/1240050/0/smart-cities/sensores-conectadas/patron-coche/